BORRADOR DE
UN
MANIFIESTO
DE REFORMA DE LA LEY DE PARTIDOS POLÍTICOS
CONSIDERANDO que los
partidos políticos en España son el instrumento, que la Constitución de 1978 en
su artículo 6 reconoce fundamental para encauzar la participación ciudadana en
la gobernación del Estado.
CONSIDERANDO que, en la
práctica de estos años han demostrado tanto éxito en su labor como graves problemas
y deficiencias en su desempeño.
RECONOCIENDO el
espíritu abierto de la Constitución y las leyes que desarrollan sus normas, de
tal modo que se les dotara de la mayor libertad posible en su creación, forma y
funcionamiento, pero que, en la práctica ha tenido una serie de consecuencias
indeseables que no es posible obviar.
CONSTATANDO que el
imperativo de funcionamiento democrático que las Leyes les imponían, en la
práctica no se ha conseguido, quizá por la indefinición del término
«democracia».
CONSTATANDO el
perjuicio monetario para el Estado, y las malas prácticas de gestión económica
que se han llevado a cabo en el marco de la actual estructura financiera de los
partidos.
MANIFESTAMOS Y PROPONEMOS
La necesidad de una reforma de las
normas que regulan el funcionamiento de los Partidos Políticos.
MANIFIESTO DE REFORMA DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS
MANIFESTAMOS la necesidad de una
reforma de las reglas de funcionamiento de los partidos en dos áreas
principales:
1- Funcionamiento y calidad democrática
El funcionamiento interno de los
partidos actualmente se regula según las normas que ellos mismos se doten en
sus estatutos. La instrucción que reciben de las leyes del Estado solo implica
que tiene que ser un funcionamiento «democrático»; pero la misma indefinición
del término como su variada e interesada interpretación, en la práctica, ha
derivado en reglamentos claramente antidemocráticos y decimonónicos. Los
partidos políticos tienen una calidad democrática interna muy inferior a la de
la sociedad a la que tienen que servir. Entendiendo democracia como la mayor
participación de la mayor cantidad de personas en la toma de decisiones en los
partidos y mediante una información lo más exhaustiva posible y veraz.
2- Financiación
Como toda asociación necesita para
su funcionamiento una serie de recursos económicos. Las vías de esa
financiación influyen directamente, no solo en su funcionamiento, sino en el
del sistema social económico de la sociedad.
Su posición de poder implica que
este puede ser vendido, comerciado, intercambiado por ayudas, prebendas,
subvenciones a cambio de favores futuros, lo que distorsiona y causa grandes
problemas en la sociedad a la que deben servir. A cambio de su propio beneficio
en cuanto a partido se producen graves daños en la sociedad.
En base a todo ello
PROPONEMOS
La creación de una Oficina Central
de los Partidos Políticos que regule de manera igualitaria para todos los
partidos cuestiones de censo, altas y bajas, votaciones internas, normas de
elección de cargos de partido y candidatos para órganos del Estado, resolución
de problemas internos, contabilidad financiera y normas de financiación, y
centralice los ingresos y pagos mediante una cuenta titular de la Oficina
Centra para cada partido, sin perjuicio que cada uno de ellos pueda disponer de
cuentas propias pero solo disponiendo dinero de esa cuenta central y
centralizando todos los ingresos, sean cuales sean, en la cuenta de la Oficina
Central.
Las reglas básicas de
funcionamiento deben ser iguales para todos los partidos, por eso se propone la
creación de una Oficina Central de los Partidos Políticos, independiente de
ellos y también del partido o partidos en el Gobierno, en todo caso elegida por
la ciudadanía o por el Parlamento, cuya función principal es igualar las condiciones
de funcionamiento democrático básico de todos los partidos, gestión de socios,
resolución de problemas entre ellos, y normalización de la estructura
financiera.
El censo social de cada partido
debe estar en manos de esa Oficina Central, así como la gestión de altas y
bajas. También la resolución de incidencias entre socios o entre socios y la
junta directiva del partido correspondiente. En última instancia debe ser
resuelta por el poder judicial y en ningún caso debe estar en manos de la
arbitrariedad de funcionamiento dentro de cada partido.
La gestión económica estará a cargo
de esa Oficina Central, poniendo a disposición de cada partido de una cuenta
única y controlando y regulando los ingresos, tanto por cuotas de socios como
de cualquier otra especie, y disponiendo y aprobando los gastos. Los partidos
tienen que dar cuenta de cada gasto que realicen y pedir permiso para tal
transacción que será realizada desde la Oficina Central. Los sueldos de los
cargos electivos internos serán fijados dentro de un margen normado por
reglamento, y pagados desde la cuenta de la Oficina Central. Los ingresos deben
estar específicamente tipificados e intervenidos.
Se debe normar la separación entre
los órganos de dirección del partido, los políticos de partido: secretaría
general, tesorería, vocalías, y los candidatos a un puesto en la gestión de los
órganos del Estado, en cada uno de sus niveles: nacional, autonómico, local. Para
poderse presentar a cargo estatal se debe renunciar a su puesto dentro de la
estructura del partido, sin posibilidad de reserva en el caso de no ser elegido
para el puesto optado. Los ceses en un puesto son ocupados automáticamente por
el siguiente en el escalafón, sin posibilidad de nombrar delfines.
Las votaciones internas dentro de
los partidos serán reguladas por ley. Tanto los órganos de dirección interna
como los candidatos al Estado serán elegidos por todos los socios. Las
elecciones serán reguladas por la Oficina Central, que establecerá los periodos
y las fechas cuando se celebrarán tales elecciones. Los partidos podrán elevar
una petición de fecha, dentro de unas márgenes a lo establecido legalmente,
pendiente de la aprobación de la Oficina, según criterios no ventajistas e
igualitaristas.
El sistema de votación será
controlado y centralizado por la Oficina de Partidos, siendo el mismo para
todos. Puede consistir en un sistema electrónico, el mismo para todos, que
permita el control personal de los socios y lleve a cabo un recuento seguro. La
votación se podrá realizar en varios días, sin información sobre resultados.
Los resultados serán contados y dados a conocer por la Oficina Central.
Recomendamos revisar el sistema de
listas cerradas, por otro de listas abiertas o simplemente candidatos nominales
sin inscripción en ninguna lista. No nos pronunciamos por uno u otro sistema
pero sí por la normalización para todos los partidos por igual.
El modelo presentado permite un
perfeccionamiento en el sistema democrático pues da más importancia a la militancia
en la toma de decisiones. Las elecciones internas de los partidos son muy
importantes en la salud democrática del sistema entero y es necesario que todos
los partidos jueguen con unas reglas mínimas iguales para todos. Al mismo
tiempo el control financiero de los partidos, al tiempo que iguala las
condiciones de difusión de todos ellos, aspira a evitar abusos de poder y un
mayor control del mismo en manos de la ciudadanía.
Vicente Albert Llorens
Agosto, 2018