La clasificación en dos bloques "izquierda - derecha", o "progresistas - retrógrados", carece de sentido y sobre todo de utilidad.
No existe la izquierda ni la derecha más que como taxonomía sin aplicación práctica ninguna, de la misma forma que existe Harry Potter u otras figuras más o menos fantásticas.
O como residuos de un mundo de pensamiento mágico o religioso, ideologías salvadoras tipo "bueno-malo".
O como residuos de un mundo de pensamiento mágico o religioso, ideologías salvadoras tipo "bueno-malo".
Propongo una nueva clasificación ideológica, no mejor que la anterior pero por lo menos de mayor utilidad práctica: la división entre culpables e inocentes.
Los culpables son los que viven, y se hacen responsables de su parte en la existencia de los problemas que existen en la sociedad, y deciden participar también en su resolución.
Los inocentes, en cambio, son los que se excluyen en la responsabilidad de los problemas, tanto en su causa como en su resolución, y su forma de resolverlos es echando la culpa a los otros, y castigándoles a que los resuelvan ellos solos.
Yo me declaro culpable.
Yo me declaro culpable.
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