Los individuos se reúnen en grupos cooperativos para conseguir algún objetivo común; su capacidad de lograr metas aumenta de manera considerable; incluso podemos afirmar que ciertos proyectos son imposibles de alcanzar sin la colaboración de un grupo.
Pero.
La forma en que se organiza
el grupo tiene influencia en los resultados, en el funcionamiento de la Sociedad,
y en cómo se comportan las personas.
Ejemplos de grupos
cooperativos son las comunidades de vecinos, un casal fallero, una ONG, una empresa,
una corporación, o una corporación “sistémica”, llamada así por algunos modernos,
y a la que luego le dedicaré alguna palabra. Son todas asociaciones, pero no
son iguales.
Para simplificar voy a organizar
las asociaciones en dos grupos: las que se
financian del Estado y las que se financian
de la venta de sus bienes o servicios.
Denomino a las primeras Asociaciones
financiadas por el Estado, y a las segundas Empresas Mercantiles.
Las Asociaciones
financiadas por el Estado detectan un problema, una necesidad o un
deseo, –por ejemplo: queremos acabar con la pobreza, conseguir la “igualdad”,
defender la “diversidad”, cuidar el “medio ambiente”; el número de problemas a
resolver y de deseos a conseguir es una función matemática tendente al
infinito–; la Asociación financiadas por el Estado presenta el problema o el
deseo a la sociedad y solicita ayuda para abordar su solución mediante la
financiación de sus actividades.
Las Empresas
Mercantiles, detectan un problema, una necesidad o un deseo y ofrecen
bienes y servicios para resolverlo o satisfacerlo. Se financian mediante la
venta de sus servicios a los particulares o a otras empresas o asociaciones.
RESPONSABILIDAD DE LAS SOCIEDADES
Las Asociaciones financiadas
por el Estado no se hacen responsables si no logran sus objetivos ni sufren
pérdidas patrimoniales por ello.
Si los fines no se logran es
porque los Estados no han puesto suficientes recursos en funcionamiento, o
porque el objetivo es una utopía imposible, pero no se puede dejar de intentar
alcanzar.
Constituir y trabajar en una
Asociación financiada por el Estado es patrimonialmente seguro, sin riesgos
personales de fracaso e incluso moralmente reconfortante: sientes que haces
algo “bueno”.
Las Empresas Mercantiles también tienen que localizar un problema, una necesidad o un deseo, y crear un bien o servicio para solucionarlo.
Sus gastos de funcionamiento van a cargo de la venta de sus bienes y servicios, de tal modo que si no logran convencer a los individuos u otras asociaciones o empresas que compren y paguen sus productos, quebrarán y no podrán seguir operando. Sus promotores responden patrimonialmente de su fracaso.VENTAJAS Y DESVENTAJAS DE CADA TIPO DE SOCIEDAD
La Sociedad necesita que
alguien se encargue de resolver los problemas que surgen de su funcionamiento,
y eso lo pueden hacer las personas de manera individual y sobre todo los grupos
de individuos asociados de manera cooperativa.
La diferencia entre ambas
formas de asociación está en el uso eficiente de
los recursos disponibles y el incentivo
a seguir buscando nuevas soluciones.
Todo el dinero existente es
deuda. El dinero se crea en los bancos por petición de un sujeto físico o
jurídico, avalado por un bien o promesa de servicio, y luego se va destruyendo
a medida que el deudor lo va devolviendo al banco. El dinero se crea y luego se
destruye. En su ciclo de vida sirve para el intercambio de bienes y servicios.
El dinero de las
administraciones del Estado viene de los impuestos a los individuos y a las
Empresas Mercantiles. Todo el dinero que usa para el
mantenimiento de las instituciones estatales y para financiar a las
Asociaciones financiadas por el Estado viene de los impuestos.
NOTA:
las administraciones también pueden pedir préstamos a un banco y usar ese dinero
para financiar sus gastos o para financiar a su vez a las Sociedades
financiadas por el Estado, pero para pagar ese préstamo usan el dinero de los
impuestos, de modo que podemos considerar que todo el dinero que utilizan viene
de los impuestos.
VENTAJAS DE CADA TIPO DE SOCIEDAD
Los individuos son los que
eligen el tipo de sociedad que crean en virtud de las ventajas que les aporta
cada modelo.
Las Sociedades financiadas
por el Estado son menos arriesgadas que las Empresas Mercantiles,
que dependen de la aceptación de sus productos en el mercado y su éxito en
ventas y cobro.
Si existen claros incentivos
a formar Sociedades financiadas por el Estado y desincentivos a crear Empresas
Mercantiles, las primeras aumentarán de número, pero su financiación depende de
la creación de dinero que solo consiguen los individuos y las Empresas Mercantiles
para su funcionamiento.
Son los impuestos a los
individuos y Empresas Mercantiles los que permiten tener dinero para luego
financiar a las Sociedades dependientes del Estado.
Si
no hay un número suficiente de Empresas Mercantiles que creen riqueza y dinero
y paguen impuestos, será imposible obtener capital para las Sociedades financiadas
por el Estado y el sistema económico entero entra en peligro de colapsar.
CORPORACIONES SISTÉMICAS
Actualmente algunas Empresas
Mercantiles han alcanzado tal tamaño que han pedido ser reconocidas, –y los
estados le han dado el reconocimiento–, como “sistémicas”, de tal modo que si
quiebran serán rescatadas por los estados, evadiendo de esa manera su riesgo de
funcionamiento, y entrando en la clasificación de Sociedades financiadas por el
Estado, usando recursos de los impuestos y compitiendo por ellos con las demás
Sociedades financiadas por los Estados.
CONCLUSIÓN
El modelo actual de
Sociedades financiadas por el Estado, llamadas también Organizaciones
No Gubernamentales, ONG, que solo obtienen recursos de los Estados,
puede poner en riesgo la estabilidad económica global que nos afecta a todos.
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