martes, 22 de septiembre de 2020

LIBERTAD DE ELECCIÓN DE IDIOMA EN LA ESCUELA


 En los colegios de varias regiones españolas donde hay dos idiomas oficiales, se está imponiendo el uso de uno de ellos en la enseñanza de las asignaturas generales, obligando a que los niños contesten en ese idioma las preguntas de clase, los ejercicios o los exámenes.

Esta imposición está fuera de la ley.

Los niños, como todos los demás ciudadanos, tienen la libertad de expresarse entre ellos como deseen y no se les puede imponer ningún idioma, pero además en la comunicación con las administraciones, y lo que ocurre en la escuela es un acto administrativo, pueden elegir en todo momento el idioma oficial que prefieran, e incluso exigir a los funcionarios, los maestros, que se dirijan a ellos en ese idioma o que les faciliten la traducción de lo que dicen. Los maestros están al servicio de los niños, no al revés.

Ni el consejo escolar, ni la consejería de educación de una región, ni nadie, tiene potestad para obligar a un niño a hablar en el idioma que ellos impongan. Es el ciudadano el que elije en qué idioma oficial comunicarse con los funcionarios.

 


QUÉ ES UN IDIOMA OFICIAL

Las personas utilizamos idiomas para comunicarnos y los elegimos libremente.

Es una decisión personal. Ninguna institución puede imponernos el uso de un idioma para hablar con otras personas.

Los Estados tienen que dirigirse a los ciudadanos en un idioma concreto para emitir sus reglamentos y comunicados, siendo un criterio frecuente el de utilizar un idioma mayoritariamente hablado por las personas en el ámbito de esa administración. La administración es una herramienta útil para la comunidad, pues el estado está al servicio del ciudadano y no al revés.

En regiones donde existan varios idiomas oficiales, las administraciones facilitarán a los ciudadanos todas las comunicaciones en todos los idiomas considerados oficiales, pero en ningún caso impondrán el uso de uno de ellos en ninguna circunstancia, los elige siempre el ciudadano.


USO DE LOS IDIOMAS EN LAS ADMINISTRACIONES

Lo repito.

Las administraciones tienen que emitir sus reglamentos y comunicados en todos los idiomas oficiales en la región de su ámbito. Y no pueden dejar de hacerlo en ninguno de ellos.

Son los ciudadanos los que eligen el idioma en el que quieren dirigirse a la administración y en el que quieren ser respondidos, dentro de los oficiales reconocidos por la ley.

Los funcionarios no tienen porqué conocer todos los idiomas oficiales de la región. Simplemente deben derivar a la persona que exprese su deseo de usar un idioma en concreto, a otro funcionario que sí le pueda atender en el idioma requerido.

Las administraciones sí deben de estar dotadas de personal suficiente con conocimiento de todos los idiomas oficiales, pero no todos los funcionarios tienen porqué saberlos.

Imagínese el caso de una institución europea donde todos sus funcionarios tuvieran que hablar todos los idiomas oficiales de Europa. La institución debe ser capaz de atender a cualquier ciudadano de la Unión y dar una respuesta en el idioma solicitado por el ciudadano, pero ningún funcionario está obligado a conocer todos los idiomas oficiales de la Unión Europea.

Se puede vivir perfectamente en cualquier región del Estado sin necesidad de conocer ni utilizar un idioma regional oficial. Las regiones no tienen idiomas que le son propios, son solo lenguas que los ciudadanos que habitan en ese territorio usan para comunicarse libremente y con una frecuencia suficientemente notable que provoca que la administración actúe para facilitarles la comunicación con los organismos del Estado en esa zona.

La elección del idioma en que se expresa es potestad del individuo y en su comunicación con la administración en su región basta que utilice uno solo de los idiomas oficiales, sin que pueda imponérsele el conocimiento ni el uso de ningún idioma regional.  


LOS COLEGIOS POR LÍNEAS DE IDIOMA

La enseñanza y el uso de los idiomas oficiales en las regiones donde existen varios presenta un problema que es de orden de gestión.

Cómo dar un servicio adecuado con los recursos limitados disponibles. Para eso se ideó el sistema de líneas donde los padres y los niños, y dentro de una oferta razonable de la administración según los recursos disponibles, agrupaban a los niños según la lengua que preferían usar en las clases.

Era una forma fácil y racional de solucionar un problema. Pero actualmente se ha desestimado su uso, siendo sustituido por un sistema que trata de imponer el uso de una lengua en la enseñanza, elegida por una consejería regional con imposición de “cuotas de habla”, una aberración lógica que implica que los niños tienen que usar la lengua que los gobernantes quieren según la proporción que a ellos les apetezca.

A todas luces una auténtica locura autoritaria, supuestamente validada y avalada por el consejo escolar, sin tener este ninguna autoridad para tal imposición en la libertad de uso del idioma por los niños.

 EN RESUMEN

Los niños como ciudadanos de pleno derecho, pueden usar la lengua oficial que ellos deseen en las tareas de clase y nadie puede imponerles otra cosa. Las administraciones que traten de imponer tal cosa tienen que ser juzgadas y condenadas por sus malas prácticas administrativas.

 


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