lunes, 30 de noviembre de 2020

PROGRAMA ELECTORAL PARA NUEVO PARTIDO

 


PROGRAMA ELECTORAL PARA NUEVO PARTIDO

 

Parece que hacen falta cambios profundos en la política. Nuevas personas, nuevas ideas, nuevos partidos, reformas profundas.

Esas reformas es difícil que vengan de los que actualmente están en política, pues serían cambios que posiblemente le perjudicaran a ellos o a sus carreras.

Se antoja necesario que nuevas personas estén dispuestas a reformar el sistema político.

 

Se me ocurre que igual se podría hacer dándole la vuelta a la tortilla. Quizá podamos proponer una serie de ideas para crear un programa electoral en primer lugar, y luego buscar a personas que estén dispuestas a organizar un partido en torno a ese programa.

 

Voy a ser el primero en compartir un programa electoral para un ficticio, todavía, partido político, e invito a todo el que quiera a crear algo parecido y compartirlo en las redes para intentar lograr finalmente uno en común que de lugar a la creación de un nuevo partido.

Mi idea es empezar por un programa electoral muy sencillo de leer, que sea asequible a cualquiera y anime a discutir y a pensar sobre política y reformas necesarias. Me gustaría que el programa electoral cupiera en una sola hoja A4, tamaño folio. Ya habrá tiempo de ampliarlo, pero las líneas generales deberían poder ser resumidas en un solo folio. Es un ejercicio de estilo, muy de nuestro tiempo dónde no disponemos de tiempo para leer y profundizar largos textos.

 

He abierto un grupo de facebook donde poder colgar y compartir los distintos programas, modificarlos, agruparlos y si es posible reformular uno en común.

El grupo se llama “programa electoral para nuevo partido político”, y es abierto a cualquiera que quiera participar.

Os leo mi primera propuesta.

 


 P001 - PROGRAMA ELECTORAL PARA UN NUEVO PARTIDO POLÍTICO

1-Reducción del número de políticos de las distintas administraciones a la mitad. El número de asesores será tasado por ley.

2-Reducción del gasto público a la mitad.

3-Reforma de la ley de partidos políticos. Todos los partidos deben de tener las mismas reglas de funcionamiento, y una oficina de partidos controlará sus cuentas financieras, el registro de afiliados, las normas de elección de los candidatos y la resolución de problemas internos.

4-Mecánica electoral. Es necesario encontrar una fórmula que permita crear mayorías de gobierno estables, no dependientes de partidos bisagras ni minorías nacionalistas.

5-Quedarán fuera del sistema político todos los partidos que pretendan la desintegración del Estado y la ruptura de la convivencia entre todos.

6-Reforma del sistema educativo, planificado de forma centralizada para todos. Se fomentará la educación pública mediante un cheque escolar que permita la libre elección de centro y programa. Desaparición de los idiomas vehiculares que serán los oficiales de cada lugar a libre elección de los niños y familias, mediante la creación de líneas.

7-El Estado es un redistribuidor de riqueza y como tal dará prioridad a aquellos que creen la riqueza, que luego podrá ser repartida. El Estado se fundamenta en una economía de creación y reparto. Primero las obligaciones, los deberes y la producción y solo en base a eso se puede realizar una distribución con criterios de equidad y con preferencia a los más desfavorecidos.

8-Rebaja fiscal. El objetivo constante del Estado es rebajar los impuestos, siendo cada vez más eficiente en el desempeño de sus funciones.

9-Fomento de las asociaciones privadas. La solidaridad será sustituida por la fraternidad. La ayuda mutua tiene que ser el motor que ponga en marcha la política de apoyo y caridad entre seres humanos. El Estado es un mero servicio de apoyo de último recurso.

10-Desaparición de las ONG´s financiadas por el Estado. Deberán funcionar con fondos propios.

11-Se fomentará la creación de asociaciones de todo tipo, ayuda mutua, cultura, siempre con fondos propios.

12-Se fomentará la participación de los mayores en el gobierno de las cosas, en el sistema productivo, manteniendo en lo posible su actividad profesional si así lo desean, y con un especial cuidado de su bienestar de salud, mental y física, promoviendo los cambios necesarios para su total integración y participación en la sociedad.


Bueno, esta es mi propuesta de programa. ¿Te gusta? ¿Quieres comentarla? ¿Quieres aportar la tuya? Entre todos quizá podamos cambiar las cosas. Espero tus comentarios en la página de facebook que está en la reseña del vídeo. 



https://www.youtube.com/watch?v=nNDstG3w86U

https://www.facebook.com/groups/383675562735910

 


domingo, 29 de noviembre de 2020

LA PRIMERA FRASE DE UN POLÍTICO QUE "GANARA" UNAS ELECCIONES

 


LA PRIMERA FRASE DE UN POLÍTICO QUE "GANARA" UNAS ELECCIONES

 

En mi opinión debería ser: "lo siento".

 

Sí. Pues un "buen político" debería saber qué va a tener que tomar decisiones sobre la vida de otras personas, y que tome las que tome va a beneficiar a unos y perjudicar a otros, sin poder evitarlo, y poco importa si beneficia a más cantidad o menos, por sus decisiones habrán personas que saldrán perjudicadas. Entonces debería empatizar con su dolor y empezar su trabajo con esa frase: "lo siento", y asumir que ser político no es un honor, no es algo para alegrarse sino una tremenda responsabilidad que, por lo menos, hay que asumir con humanidad. Y humanidad aquí significa ser capaz de ponerse en la piel de los otros.

 

Los beneficiados por una decisión ya tienen su recompensa en ella, entonces está bueno ocuparse de los que no salieron beneficiados.

 

Toda esta rimbombancia por decir que son los mejores y lo hacen tan bien...está fuera de lugar. Quizá, nada más por eso, se descalifican para su puesto.




sábado, 28 de noviembre de 2020

LA CRÍTICA SEGÚN ALGUNOS INTELECTUALES

 




LA CRÍTICA SEGÚN ALGUNOS INTELECTUALES

 

Algunos filósofos, intelectuales, personas que se dedican a pensar afirman que ejercen una crítica útil a la sociedad.

Se consideran “activistas” del cambio e incluso empujan a los jóvenes a lo que llaman la “lucha por transformar la sociedad”.

 

Lo que ellos entienden por crítica es muy diferente a mi forma de entenderla.

Para mi criticar algo es razonar porqué algo no va a funcionar como se espera, o que en su funcionamiento tendrá efectos no previstos.

Por ejemplo critico el diseño de un motor de combustión porque creo que va a consumir demasiada gasolina, o va a expulsar demasiados gases, o que se va a calentar en exceso, o que su rendimiento va a ser bajo.

Se trata de una crítica al diseño y a su funcionamiento. Se trata de mecánica. Y se pude aplicar a las teorías o a los mapas organizativos de un sistema, no solo a los sistemas mecánicos sino también a los humanos, por ejemplo, a cómo va a funcionar una organización y las consecuencias posibles psicológicas y de otro tipo que van a influir en su eficacia y en el desempeño de los individuos que la forman.

 

Para algunos filósofos en cambio, criticar es decir que algo no les gusta, que eso no debería ser así. Sin mayor profundidad. No les gusta la violencia, no les gustan las  jerarquías, no les gusta el llamado cambio climático. Simplemente no les gustan y criticar para ellos es decir que eso debe ser cambiado. Así de simple, así de simplón.

Y piensan, además, que así empujan a la sociedad a dirigirse hacia ahí, que ellos son los capitanes que dirigen el sentido de la nave.

Cómo se hace eso que ellos desean es labor de otros, no les interesa demasiado, así como tampoco si es posible o si la organización actual tiene algún sentido en la supervivencia del grupo. Todo eso queda fuera de sus competencias. Para eso están los técnicos.

 

Personalmente yo me ocupo de construir, -como explicarlo-, bicicletas, que permitan ir de un lugar a otro, desplazarse, viajar. Me preocupan las ruedas, que no exploten ni se deformen, si es mejor una cadena o una correa, el funcionamiento seguro de la dirección, el tamaño del manillar y su influencia en la seguridad de manejo. Y soy muy crítico con el diseño. Busco el diseño óptimo que siempre está reñido con la perfección. Y cuando tengo una bicicleta que funciona, entonces le pregunto a un intelectual de estos ¿dónde vamos? A Valencia o a Murcia, y vemos si necesitamos algo de una de las dos ciudades, o deseamos un viaje agradable o buscamos el sol o ciertas cosas deseables de un lugar u otro. Pero primero necesitamos una bicicleta que funcione. No simplemente “pensamos” el objetivo y alguien ya dirá cómo se puede conseguir.

 

Y lo peor no es eso, para mí. Lo peor es que pretenden educar en su idealismo a los jóvenes. Les pretenden educar que resolver los problemas es hacer lo que ellos hacen: pensar, desear, criticar a su estilo. Luchar por sus derechos lo llaman también. Ser activistas, pero a su manera. Salir a la calle a protestar.

 

Yo lo llamo a eso queja, queja inmadura e idealista. Y no creo que sea la mejor manera de educar a los jóvenes.

Para mi educar a los jóvenes es introducirlos en los problemas reales de la sociedad, y enfrentarlos a ellos en busca de soluciones prácticas.

Educar es conocer la realidad y desde ella, como no puede ser desde ningún otro lugar, y menos la cabeza o los ideales o los deseos, desde ella buscar soluciones, cooperar, compartir responsabilidades, construir, hacer, crecer, buscar soluciones.

https://youtu.be/xZ8i6VLFnGQ




LA SOLUCIÓN AL DESEMPLEO

 


LA SOLUCIÓN AL DESEMPLEO

 

Desempleo de recursos, que se trata de eso.

¿Cómo es posible que vivamos en una sociedad donde tengamos infinitas necesidades y deseos y al mismo tiempo haya personas que no puedan trabajar, queriendo hacerlo, para satisfacer esas necesidades y deseos?

 

No estamos en un mundo de pobreza y escasez sino de abundancia, pero muy deficiente uso de los recursos y la riqueza. Repartimos mal la riqueza pero mucho peor los recursos productivos, pues los malgastamos.

Cuando tenemos a una quinta parte de la población que desea trabajar pero no puede, significa que una quinta parte aproximadamente de nuestros recursos, de nuestra riqueza, la estamos tirando a la basura cada año de manera irrecuperable. Aquellos recursos que este año no hemos usado, ya no nos valen más, los hemos desaprovechado. Es un despilfarro absoluto.

Haciendo un cálculo un poco simplificado, teniendo en cuenta un PIB, producto interior bruto, lo que somos capaces de producir en un año, de aproximadamente un millón de euros, resulta que si pusiéramos a producir a los recursos humanos que desean trabajar tendríamos 200.000 millones de euros de riqueza más para gastar en nuestras necesidades. Es riqueza que cada año tiramos literalmente a la basura, de manera irrecuperable.

No somos pobres, somos torpes.

 

La sociedad se estructura en base al intercambio de bienes y servicios entre las personas. Pero cuando alguien no puede vender la fuerza de su trabajo, que quiere decir que no encuentra a la persona que necesita un servicio que él podría satisfacer, estamos en un problema de gestión.

 

Cuando la sociedad se ha hecho compleja, por el número de individuos que la forman y el espacio físico que los separa, que hace difícil la comunicación y el conocimiento que permite el rápido intercambio, se necesita de organismos de ayuda a la gestión y al intercambio de bienes y servicios, sin sustituir a la iniciativa empresarial individual que busca crearlos y ponerlos en el mercado.

 

Ayudar no es sustituir. La iniciativa individual no puede ser sustituida por la gestión de ningún organismo centralizado, este solo puede ejercer de complemento. Un complemento que está al servicio de la iniciativa empresarial, no al revés.

 

El estado debería comprar la fuerza de trabajo de aquellos que desean trabajar pero no encuentran trabajo en el mercado de intercambio libre, y usar ese trabajo para satisfacer necesidades de las personas que forman la sociedad y que no pueden hacerlo por sí mismas solas.

 

Lo debe hacer de manera que no desincentive la propia iniciativa empresarial. Tiene que ser mucho más interesante para los individuos producir algo por iniciativa propia y encontrar a alguien que los compre, que dar su trabajo al estado y que este ejerza de intermediario.

El estado tiene que pagar peor. Debe ser un último recurso, un recurso de emergencia. El estado no debe competir con la iniciativa privada, pues podría destruirla, y eso podría acabar con la sociedad al completo. O cuanto menos con la libertad, la libertad de elección de lo que yo necesito y deseo.  

 

Vivimos en un mundo de recursos limitados pero no pequeños, y de necesidades y deseos muy grandes. Siempre habrá trabajo para aquel que desee hacer algo, pues nuestros deseos son infinitos y también nuestras necesidades.

 

El problema no es de pobreza o de que falte trabajo. Es un problema de gestión económica.

 

De reparto, pero no solo de reparto de la riqueza sino de reparto de la producción, y de reparto y gestión de la iniciativa de producción.

En definitiva y una vez más, si queremos derechos los tenemos que gestionar, y la manera de satisfacerlos es a través las obligaciones.

Para poder dar hay que primero tener algo para dar, y para tener algo lo tenemos que producir primero.

 

Sin deberes no hay derechos y los deberes vienen primero.




viernes, 27 de noviembre de 2020

QUIÉN TIENE LA CULPA

 


QUIÉN TIENE LA CULPA

 

La política es la participación de los ciudadanos en resolver los problemas que les afectan en común.

¿Quién tiene que participar en política?

La dignidad, entre otras cosas, supongo que tiene que ver con defender la propia vida y las propias necesidades y deseos.

¿Qué ocurre si se delega la propia dignidad en otros?

¿Se espera que otros defiendan aquello que uno mismo debería proteger?

 

¿Por qué alguien se mete a político?

Se me ocurren cuatro razones.

 

La primera razón es que tiene intereses propios que quiere defender.

La segunda razón tiene que ver con que quiere hacer una carrera profesional de la política.

La tercera que es un iluminado, que cree que su labor es salvar al mundo o imponer su ideología salvadora. 

La cuarta razón es que siente la responsabilidad de participar en la toma de decisiones que le afectan a él y a los otros. Es un deber como ciudadano.

 

El motivo por el que los políticos participan en la gobernación de la comunidad tiene influencia en cómo se estructure la sociedad y cómo funcione.

 

¿Puedo yo exigir a alguien que defienda mis intereses antes que los suyos?

 

¿Pueden, los llamados intelectuales que pretenden permanecer al margen de la participación en la política, exigir inteligencia a aquellos que se ofrecen a participar?

 

¿Es coherente pedir a aquellos que se les acusa de corruptos que se comporten como virtuosos para dar solución a los problemas que ellos mismos han creado?

 

¿Es coherente pedir a aquellos que son incapaces que de pronto se conviertan en competentes en lo que han demostrado que no saben hacer?

 

¿Así defendemos nuestra dignidad?

 

Creo que la participación en la gobernación de la sociedad no es un derecho. Es un deber. Y no podemos delegarlo en nadie, ni excusarnos de su incapacidad cuando las cosas no van bien.

 

La culpa no es de los llamados políticos. Es nuestra.

 

De todos y de cada uno de los ciudadanos.


  https://www.youtube.com/watch?v=p7vkEehOefc&feature=youtu.be



 



miércoles, 25 de noviembre de 2020

NO HAY DERECHO

 





NO HAY DERECHO

 

Siempre que nos quejamos nos quejamos de algo a alguien.

Necesitamos a alguien a quién quejarnos de algo.

 

No existe derecho sin un Estado con unas instituciones que de algún modo, esto es, mediante alguna mecánica de gobierno, tomen decisiones que tienen que ver con nosotros o nos influyan.

Y entonces decimos eso de: “no hay derecho.”

 

Y pensamos que la manera de conseguir lo que queremos es lo que llaman algunos “la lucha por nuestros derechos”. Algo que parece consistir en salir a la calle a protestar, gritar mucho, –supongo que para ser oído por alguien, alguien de los que dijimos antes tiene poder de decisión–, molestar a alguien para que nos tome en cuenta.

 

En eso parece consistir la “lucha por los derechos”.

 

En realidad eso más bien parece un grupo de niños o adolescentes que todavía no ha madurado en la estructura de la familia o la tribu.

 

Y también parece una familia organizada en torno a unos padres y abuelos, que no saben cómo introducir a los niños en la sociedad a la que pertenecen, y pretenden mantenerlos como infantes todo el tiempo.

 

Algunos ilustrados o iluminados quisieron salir de esa situación mediante la llamada “democracia”. Si, una simple toma de decisiones mediante votación mayoritaria, de modo que los niños y adolescentes pudieran participar en la gobernación de la familia.

 

Es un primer paso necesario para incluir a todos en la estructura de toma de decisiones de la sociedad, pero no es suficiente.

¿Os imagináis que en una familia formada por una madre, un padre y tres niños de 4, 5, y 8 años se sometiera a votación democrática el menú familiar de la semana?

Quizá el lunes desayunarían chuches, se almorzaría espaguetis, la merienda un bollicao, y la cena otra sesión de chuches. El martes seguiríamos con las chuches, de almuerzo pizza, y en algún momento una hamburguesa con kétchup pero sin mostaza.  

 

Además de democracia, en la sociedad es necesario que acumulemos conocimientos y experiencia que nos alumbre, no solo ilumine, sobre las consecuencias de lo que hacemos. La cultura también sirve para eso, y la ciencia.

 

Entonces tenemos que reconocer que no todo se trata de democracia, de elegir simplemente según nuestros deseos y sentimientos, también tenemos que tener en cuenta la sabiduría de los mayores, de los técnicos, de los que algo saben de las cosas, y comunicarnos entre unos y otros.

 

Cuando se piden mayores pensiones, o mayores sueldos, o más vacaciones, hay que saber cómo poder hacer esas cosas, sin desestabilizar a las empresas, a las familias, a la sociedad al completo.

 

La única manera que se me ocurre a mí para llevar a cabo todas estas cosas es incluir lo antes posible a los niños y a los adolescentes en el funcionamiento de las cosas, pero sobre todo en los problemas que nos encontramos para mantener nuestra sociedad. Ellos deben saber que para sobrevivir es necesario solucionar problemas, resolver cuestiones, saber, investigar, esforzarse mucho.

 

Si los apartamos de todo eso, entonces se convertirán en eso: en ciudadanos que lo mejor que saben hacer es salir a la calle a protestar para pedir sus derechos.

Y creo que tienen razón.


https://youtu.be/FUA6-jRdIHk


lunes, 23 de noviembre de 2020

NO TENEMOS DERECHO A NADA

 


NO TENEMOS DERECHO A NADA

En la naturaleza no existen “derechos”, pero sí deberes.

Debemos hacer ciertas cosas para sobrevivir. Es imperativo. Estamos obligados a ello, queramos o no.

Los derechos tienen que ver con que somos seres sociales, que nacemos en un grupo social.

El primer grupo social es la familia, en principio compuesta por una madre y su bebé. Luego y mediante diversas formas de relación se incorporan otras mujeres e incluso hombres, formando entramados de individuos cada vez más complejos, y con estructuras diversas.

Eso es el germen de lo que posteriormente se conocerá como Estado.

El Estado es un grupo de individuos que se dotan de una serie de normas o costumbres de funcionamiento, –la ley–, en torno a unas instituciones cada vez más complejas, y con unos métodos de gobierno, esto es: mecanismos para tomar decisiones de grupo.

Intencionalmente no he incluido en la descripción del Estado el dominio sobre un territorio.

Si bien un grupo humano necesita asentarse en un territorio para poder vivir, no necesariamente tiene porqué apropiárselo de manera exclusiva para el grupo, y puede compartirlo con otros grupos sociales.

 

Por lo tanto no podemos hablar de nada que se pueda llamar derechos humanos o derechos naturales. Estos no existen si no es en el entorno de un Estado.

Sin Estado no hay derechos.

 

Los derechos en realidad son concesiones que un grupo se puede permitir por dos motivos: extrae o se apropia de la tierra cosas que luego reparte y establece como derechos para los componentes de su grupo e incluso para otros, o dispone de tecnologías que le permiten crear bienes y servicios nuevos que luego pueden de nuevo concederse como derechos.

 

A esas tecnologías que permiten en primer lugar sobrevivir y en segundo lugar crear bienes y servicios nuevos se le llaman culturas.

Más concretamente la cultura es el conjunto de costumbres, leyes y tecnologías que permiten estructurar una comunidad y dotarla de conocimientos y técnicas de creación de bienes y servicios.

 

Cuanto más productiva sea una cultura y más eficiente en la movilización de sus recursos, humanos y de todo tipo, más posibilidades tendrá de conceder esos derechos.

 

Sin obligaciones no hay derechos.

 

Sin Estado no existen los derechos.

 

En la naturaleza no existen derechos.

 

Los derechos naturales no existen, así como tampoco los derechos humanos más que como creación como concesión de un Estado concreto, y dependiente de su capacidad de crear una estructura social y productiva que los permita satisfacer.






 

 

lunes, 16 de noviembre de 2020

UNA DEFINICIÓN DE DEMOCRACIA



UNA DEFINICIÓN DE DEMOCRACIA

 

Un Estado está compuesto por un grupo de personas, unas instituciones, unas leyes que regulan ciertos comportamientos, y un modelo de gobierno.

 

El modelo de gobierno tiene que ver con quién toma las decisiones y el método que se utiliza para tomar las decisiones.

 

Las decisiones las puede tomar un individuo, las pueden tomar varios grupos de personas o se pueden tomar participando en la decisión todas las personas que componen el grupo.

El modelo de gobierno debe definir quién se ocupa de cada decisión. Unos decidirán sobre ciertas cuestiones y otros se ocuparán de otras y eso debe precisarse, excepto en el caso de que todas las decisiones las tome una sola persona.

 

La Democracia es un modelo de gobierno. Es un método de tomar decisiones en grupo basado en la discusión pública y posterior elección por votación, con la participación de la mayor cantidad posible de los componentes de ese grupo.

 

Una sociedad será más democrática cuántos más asuntos sean discutidos y votados por más individuos del grupo. Eso nos permite valorar, puntuar, el grado de democracia de una comunidad.

No podemos hablar de que un grupo sea democrático, sino simplemente en comparación, algo más o algo menos democrático que otro grupo.

 

La democracia trata de decisiones que afectan a la comunidad, evitando en lo posible entrometerse en lo que tiene que ver con la vida privada de las personas que no afecte al grupo.

 

La discusión pública es fundamental para la democracia, pues sin eso es imposible saber las consecuencias de las distintas alternativas de solución en cada persona, y que los votantes las tengan en cuenta en el momento de la votación por cada opción, así como valorar cuál puede ser su repercusión en el funcionamiento global de la sociedad.

 

La democracia no es una cuestión de valores y no tiene sentido decir que algo es o no democrático por qué nos parezca más o menos ético. Sí ha habido discusión pública y votación posterior de toda la gente, es decir, no se ha excluido a nadie de poder votar, –haya votado finalmente o no– entonces es democrática, sea que se prohíbe el aborto o sea obligatorio abortar el tercer hijo, por ejemplo.

 

El que se tome una decisión de manera democrática no es garantía en ningún caso de que sea la mejor, ni la más adecuada, ni sea efectiva para resolver un problema.

La democracia lo único que garantiza es que el grupo al participar directamente, sea responsable de la decisión, y que ésta se tome con la participación de la mayor parte de sus componentes, escuchando sus deseos y necesidades, y que al mismo tiempo otorgue la responsabilidad a todo el grupo de corregir sus consecuencias y fracasos, sin poder delegar la culpa en otros.




 

 


viernes, 13 de noviembre de 2020

NO EXISTEN LAS LENGUAS VEHICULARES



NO EXISTEN LAS LENGUAS VEHICULARES

 

No, no existen las lenguas vehiculares. Son un invento contrario a una ley de rango superior y fundamental como es la Constitución.

 

Las personas, todas ellas, y los niños son personas de pleno derecho, pueden elegir la lengua en la que se expresan, en la calle, en el patio y, por supuesto, en el colegio.

 

Si los profesores insisten en hablarles en una lengua que quieren imponer en el aula, ponerles ejercicios de clase o exámenes, los niños no tienen ninguna obligación de contestar, ni oralmente ni en los ejercicios escritos ni en los exámenes, en la lengua llamada vehicular que pretenden imponerles.

 

Los niños pueden responder en el idioma oficial reconocido que ellos elijan.

 

Excepto, claro está, en las asignaturas específicas de aprendizaje de un idioma: en las clases de inglés, francés, español.

 

Los colegios no son academias de idiomas. Se va a aprender otros contenidos.

 

Que se quiera imponer una lengua llamada vehicular está fuera de la ley.

 

Y los que intentan imponerla y ayudan a ello sin denunciarlo, deben ser sancionados.