QUIÉN
TIENE LA CULPA
La política es la
participación de los ciudadanos en resolver los problemas que les afectan en
común.
¿Quién tiene que participar
en política?
La dignidad, entre otras
cosas, supongo que tiene que ver con defender la propia vida y las propias
necesidades y deseos.
¿Qué ocurre si se delega la
propia dignidad en otros?
¿Se espera que otros
defiendan aquello que uno mismo debería proteger?
¿Por qué alguien se mete a
político?
Se me ocurren cuatro
razones.
La primera razón es que tiene
intereses propios que quiere defender.
La segunda razón tiene que
ver con que quiere hacer una carrera profesional de la política.
La tercera que es un
iluminado, que cree que su labor es salvar al mundo o imponer su ideología
salvadora.
La cuarta razón es que
siente la responsabilidad de participar en la toma de decisiones que le afectan
a él y a los otros. Es un deber como ciudadano.
El motivo por el que los políticos
participan en la gobernación de la comunidad tiene influencia en cómo se
estructure la sociedad y cómo funcione.
¿Puedo yo exigir a alguien
que defienda mis intereses antes que los suyos?
¿Pueden, los llamados
intelectuales que pretenden permanecer al margen de la participación en la
política, exigir inteligencia a aquellos que se ofrecen a participar?
¿Es coherente pedir a
aquellos que se les acusa de corruptos que se comporten como virtuosos para dar
solución a los problemas que ellos mismos han creado?
¿Es coherente pedir a
aquellos que son incapaces que de pronto se conviertan en competentes en lo que
han demostrado que no saben hacer?
¿Así defendemos nuestra
dignidad?
Creo que la participación en
la gobernación de la sociedad no es un derecho. Es un deber. Y no podemos
delegarlo en nadie, ni excusarnos de su incapacidad cuando las cosas no van
bien.
La culpa no es de los
llamados políticos. Es nuestra.
De todos y de cada uno de
los ciudadanos.
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