NO TENEMOS DERECHO A NADA
En la naturaleza no existen “derechos”,
pero sí deberes.
Debemos hacer ciertas cosas
para sobrevivir. Es imperativo. Estamos obligados a ello, queramos o no.
Los derechos tienen que ver
con que somos seres sociales, que nacemos en un grupo social.
El primer grupo social es la
familia, en principio compuesta por una madre y su bebé. Luego y mediante
diversas formas de relación se incorporan otras mujeres e incluso hombres,
formando entramados de individuos cada vez más complejos, y con estructuras
diversas.
Eso es el germen de lo que
posteriormente se conocerá como Estado.
El Estado es un grupo de
individuos que se dotan de una serie de normas o costumbres de funcionamiento,
–la ley–, en torno a unas instituciones cada vez más complejas, y con unos métodos
de gobierno, esto es: mecanismos para tomar decisiones de grupo.
Intencionalmente no he
incluido en la descripción del Estado el dominio sobre un territorio.
Si bien un grupo humano
necesita asentarse en un territorio para poder vivir, no necesariamente tiene
porqué apropiárselo de manera exclusiva para el grupo, y puede compartirlo con
otros grupos sociales.
Por lo tanto no podemos
hablar de nada que se pueda llamar derechos humanos o derechos naturales. Estos
no existen si no es en el entorno de un Estado.
Sin Estado no hay derechos.
Los derechos en realidad son
concesiones que un grupo se puede permitir por dos motivos: extrae o se apropia
de la tierra cosas que luego reparte y establece como derechos para los
componentes de su grupo e incluso para otros, o dispone de tecnologías que le
permiten crear bienes y servicios nuevos que luego pueden de nuevo concederse como
derechos.
A esas tecnologías que
permiten en primer lugar sobrevivir y en segundo lugar crear bienes y servicios
nuevos se le llaman culturas.
Más concretamente la cultura
es el conjunto de costumbres, leyes y tecnologías que permiten estructurar una
comunidad y dotarla de conocimientos y técnicas de creación de bienes y
servicios.
Cuanto más productiva sea
una cultura y más eficiente en la movilización de sus recursos, humanos y de
todo tipo, más posibilidades tendrá de conceder esos derechos.
Sin obligaciones no hay
derechos.
Sin Estado no existen los
derechos.
En la naturaleza no existen
derechos.
Los derechos naturales no
existen, así como tampoco los derechos humanos más que como creación como
concesión de un Estado concreto, y dependiente de su capacidad de crear una
estructura social y productiva que los permita satisfacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario