¿Por qué hay tanto interés
en dividir la sociedad en ser de izquierdas o de derechas?
¿Cómo se consigue el poder
en las sociedades donde vivimos?
Se supone que la soberanía,
esto es, el poder de decisión, está en los ciudadanos, pero ellos delegan su
poder de decidir en sus representantes, que son elegidos en votación
democrática por los ciudadanos.
Los que consiguen ser
votados y alcanzan el gobierno tienen mucho poder, por ejemplo en España
manejan 500.000 millones de euros, que es el presupuesto de las
administraciones públicas para 2021 recientemente aprobado.
Un rey o un presidente del
estado tiene muy poquito poder en comparación con el partido que gobierna. Un
rey tiene un presupuesto muy pequeñito y pocas posibilidades reales de obtener
y manejar demasiado poder. Desde luego puede ser corrupto y desviar algunos
fondos, hacer negocios paralelos, cobrar comisiones, pero nada de eso es
comparable al dinero que maneja un partido en el gobierno. El poder real no
está en una figura como el rey o un presidente de estado, el poder real está en
los partidos políticos.
500.000 millones de euros es
mucho dinero, es mucho poder. No existe en el mundo ninguna corporación o
empresa privada que maneje tanto dinero.
Controlar ese poder parece que
interesa a ciertas personas, que tienen que pertenecer a un partido político y
presentarse a unas elecciones para que los ciudadanos los elijan como sus representantes,
y entonces, en su nombre, decidan dónde se gasta ese dinero.
¿Cómo manipular a la
población para que te vote?
Existe un método muy
sencillo.
Enfrenta a unos ciudadanos
con otros y divídelos en dos grupos, izquierdas y derechas, progresistas y conservadores,
rojos y azules, en definitiva: los que están contigo y los que están contra ti.
Y ahora intenta que todas
las personas se declaren pertenecer a uno de los dos grupos.
Cuando alguien se etiqueta
como de derechas o de izquierdas ya no es un individuo, ahora pertenece a un
grupo. Ya no es Juan o María que opina o decide cosas diversas sobre cuestiones
distintas, es alguien de izquierdas o de derechas.
Todo lo que hace en su vida,
todas las opiniones que da, todas las conversaciones con sus amigos o familia
ya no son como Juan o María, sino como alguien de izquierdas o derechas.
Entonces todo el tiempo está diciendo a sus conocidos, en cada conversación o
en cada decisión de su vida, que deben votar al grupo al que él pertenece.
Ahora trabaja las 24 horas
del día, con cada cosa que dice o hace, para esos que quieren obtener el poder,
y lo hace de manera gratuita. Es su partido. Es su ideología, trabaja para
ella.
De esta manera cuando los
que buscan el poder logran que las personas se definan o etiqueten, consiguen
que trabajen para ellos y sus objetivos de alcanzar el poder, gratuitamente y sin
descanso.
Es la manipulación total y
absoluta.
Cuando tú te defines de
izquierdas o derechas, ya no tienes opiniones diversas para cada cosa,
simplemente aceptas el paquete de ideas de tu grupo y trabajas durante todo tu
tiempo y toda tu vida gratuitamente para esos que quieren obtener el poder.
Y ellos cuando consigan el
poder harán lo que ellos decidan, sin importar nada lo que tú puedas opinar. No
podrás hacer nada. Delegaste el poder en ellos.
No funcionaría así si no
delegáramos el poder en representantes. Sin en cada decisión tuviéramos individualmente
la oportunidad de expresar nuestra preferencia seguramente no nos pelearíamos
con nuestros amigos y vecinos, pues en unas cosas encontraríamos puntos de
contacto y en otras no estaríamos de acuerdo, pero no sería necesario el
enfrentamiento. Pero entonces no estaríamos en manos de grupos que quieren decidir
sobre todo y quedarse con el control completo de la sociedad.
Cuando te defines de
derechas o izquierdas estás siendo manipulado por ellos. Recuperemos el poder
de decisión. Recuperemos nuestra dignidad.
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